La industria bananera no utiliza los pesticidas que se supone fueron encontrados en la sangre de cocodrilos (caimanes)
La Corporación Bananera Nacional (CORBANA), el Consejo Institucional Bananero (CIB) y la Comisión Ambiental Bananera (CAB), lamentan y rechazan la ligereza con que algunos investigadores señalan como responsable a la Industria Bananera de Costa Rica de cualquier problema que tenga que ver con el uso de los agroquímicos.
Es cierto que Costa Rica tiene una serie de micro climas, y esto facilita la presencia de gran cantidad de plagas y enfermedades en banano, lo cual obliga a utilizar productos químicos, pero también es cierto que la industria bananera en Costa Rica decidió desde hace más de 20 años cambiar en forma radical los métodos de producción de banano, convirtiéndose en el primer país en el mundo en producir en armonía con el ambiente y con los trabajadores.
Los esfuerzos ambientales realizados por la industria quedan demostrados al tener Costa Rica el 98% de las fincas bananeras certificadas ambientalmente.
Durante el año 2012 el Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas, realizó el estudio “Residuos de plaguicidas agrícolas en aguas costeras del Caribe”, que ratificó que en las aguas del Caribe costarricense no hay contaminación por los productos agroquímicos utilizados por la industria bananera.
En Costa Rica, atendiendo a la legislación nacional existente, todas las fincas bananeras cuentan con una zona de amortiguamiento debidamente reforestada (espacio de 30 metros entre la finca y los ríos) para evitar que los productos que se deben utilizar para el control de las enfermedades de las plantaciones lleguen a los ríos; asimismo, hay una cobertura vegetal en los canales de drenaje en el área de cultivo.
Los productos agroquímicos que se utilizan en la industria bananera nacional son únicamente los autorizados por las autoridades nacionales y por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA siglas en inglés).
En la aplicación de los agroquímicos, la industria bananera respeta todas las indicaciones de uso establecidas en las etiquetas de los productos.
CORBANA señala su preocupación porque animales silvestres se han visto afectados por plaguicidas, pero es lamentable que se concluya a la ligera y sin una base científica suficiente que es responsabilidad de las fincas bananeras. Por lo que se está solicitando al señor Dr. Peter S. Ross , la evidencia y el sustento científico del estudio que lo llevó a esas conclusiones. (a la fecha no las ha presentado).
En la zona de Sarapiquí, uno de los productos encontrados en los caimanes, DDT fue utilizado para el control de la Malaria en centros poblacionales por el Ministerio de Salud en la década de los 80s.
CORBANA llegará hasta las últimas consecuencias para defender la imagen de una industria que genera más de 140 mil empleos y $750 millones anuales en divisas al país y demostrará que ese estudio contiene conclusiones erróneas.